viernes, 3 de junio de 2016

Perú Virreinal

Con la conquista española de los Andes y la caída del Tahuantinsuyo, se inició una serie de transformaciones que llevó a la conformación del Perú moderno. El reemplazo del Estado Inca por la administración virreinal solo fue el cambio más superficial, aunque de indudables repercusiones políticas al establecerse un sistema centralista y autoritario. Lo importante fueron los cambios demográficos, la mezcla racial y el nuevo orden de la sociedad bajo criterios de raza y estamento; en el ámbito económico la introducción de una economía de mercado, el uso de la moneda y una nueva concepción de la riqueza y la pobreza; a nivel ideológico se desmoronaron muchas formas de pensamiento andinas que fueron reemplazados por una visión occidental del mundo y donde jugó un papel decisivo la evangelización impulsada por la Iglesia Católica. En suma, el territorio que hoy ocupa el Perú y sus habitantes ingresaron a la historia de Occidente o a la Historia Universal.

En un principio, entre 1532 y 1541, el Perú fue la Gobernación de Nueva Castilla, presidida por Francisco Pizarro gracias a la Capitulación de Toledo (1529). Se trató de una época turbulenta por los mismos efectos de la invasión; la Corona tenía escasa presencia y el poder, de hecho, lo ejercían los encomenderos. Con las leyes Nuevas de 1542 se creó el Virreinato del Perú y se estableció formalmente la administración que, con algunas reformas, tuvo vigencia hasta los tiempos de la Independencia en 1821 o 1824. Fueron casi 300 años de dominio español, que contrastan con los 180 de nuestra historia independiente. El Perú fue conquistado cuando España era la dueña de Europa bajo la batuta de Carlos V. Hacia 1820 la realidad de la Península era muy distinta; ahora España era una potencia de tercer orden y se encontraba bajo el reinado de Fernando VII. Los Habsburgo la gobernaron en los siglos XVI y XVII, dos siglos marcados por la grandeza y el declive. Los Borbones llegaron en el XVIII y sus reformas no pudieron reanimar el antiguo poderío español.  

A lo largo de estos tres siglos el Perú presenta tres etapas bien definidas. La primera, entre 1530 y 1560, es la de la invasión y el saqueo de los tesoros incaicos; el territorio se abría a Occidente como un espacio promisorio para la explotación de metales preciosos. El “apogeo” se inició con el descubrimiento de las minas de plata de Potosí (hoy Bolivia); el territorio del Virreinato, además, abarcaba desde Panamá hasta la Tierra del Fuego (con excepción de Brasil, colonia portuguesa). Lima era el centro político, económico y cultural de ese vasto espacio. Su élite, gracias al monopolio comercial, era la primera de Sudamérica. Un funcionario que venía al Perú consideraba el hecho como un “ascenso”. Los criollos, por su lado, ocupaban cargos expectantes en la administración y en los negocios. Este “apogeo” duró todo el siglo XVII y entró en decadencia a mediados del siglo XVIII con las reformas borbónicas. Ellas le amputaron su inmenso territorio, abolieron el monopolio que beneficiaba a su élite comercial, desplazaron a los criollos de los cargos públicos e incrementaron la presión fiscal. Esto ocasionó gran descontento que llegó hasta la abierta rebelión. Por último, abrieron un camino poco adecuado a la futura independencia.  

Fuente de: http://conociendolahistoriadelperu.blogspot.pe/p/el-peru-virreinal.html 

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